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lunes, 10 de mayo de 2010

La magia de contar y escuchar

Hoy he podido disfrutar de una sesión de cuentos, que disfrute mucho, que me hizó reflexionar y recordar, fue en Libertad8 con cinco mujeres estupendas presentando "Escalera de Color" como parte de la Asociación Mano: Mercedes Carrión, Reyes Guijarro, Teresa Grau, Jennyfer Ramsay y Victoria Gullón.
Me gusta contar, pero aún me fascina más, escuchar cuentos, sentir las voces que te llegan al alma y te sumerjen en un mar de palabras e imágenes, en un mundo de sueños e ilusiones, donde cualquier cosa puede suceder, ha sido una tarde maravillosa, que además disfrute en muy buena compañía, una persona muy especial, que recién estoy conociendo.
Realmente está es una de las cosas que más echo de menos de Madrid, el encontrarme a diario con la gente cuentera que vive aquí, por eso quería hacer esta entrada especial que le dedico a esas personas con las que compartí una época difícil de mi vida pero que me hicieron olvidar lo que estaba viviendo en otras áreas de mi vida, sin apenas hacer nada,  personas que me ofrecieron un mundo mágico para compartir, la organización del V Encuentro de Narración Oral y la creación de la Asociación Mano, personas que me valoraron como era, personas que me animaron a seguir luchando por vivir de lo que me gusta, que me animaron a seguir contando, personas estupendas sobre un escenario y en la vida cotidiana como Teresa Grau, una amiga a la que admiro y quiero muchísimo, me encanta verla sobre el escenario contanto historias, me ha ayudado, escuchado, animado y compañado en los cuentos y en mi vida,  hemos tenido risas, confidencias y una buena amistad, que se afianza poco a poco. Personas como Concha Real, que tiene siempre una sonrisa para regalar o una palabra oportuna, una mujer con encanto fuera y dentro de los escenarios, llena de picardía y ternura, que te conquista sólo con su mirada, ó Mercedes Carrión quien te ofrece un mundo mágico lleno de historias divertidas, historias que te llevan a mundos cercanos envueltos del tenue velo del misterio, que fue una de mis maestras y se convirtió en una amiga cercana, mujeres como Victoria Gullón, con toda su trayectoria, su alegría y vitalidad, con esa cotidianidad y ganas de compartir la vida con los demás, con la que compartir una tarde o un vino es deleitarte en placeres y alegrías, ó Jennyfer Ramsay, envuelta  por un halo de misticismo, ancestral y mágico, que te lleva por los caminos de la cultura de los cuentos, por los enigmas de la vida, con la que también he compartido danzas ó Reyes Guijarro, con su gracia particular, con esa sonrisa y esos ojazos que te envuelven mientrás cuenta, adentrándote en un mundo donde todo es posible, poniéndole un punto de comicidad que no te esperas a una historia tradicional, acercándola al mundo actual, una amiga con la que he tenido la suerte de compartir escenario, junto a su grupo Quiara.
Me gustaría añadir mucho más, sobre todas esas personas, que han compartido conmigo los cuentos en estos  dos últimos años, a toda la gente de cuentistas Madrid y de la Asociación Mano que alargaría demasiado esta entrada, pero al menos quiero recordar a varias personas con las que he compartido, ese tiempo;  Manuel y Carmen de Légolas,  dos personas únicas y estupendas, cercanas y  pendientes de todo, Marta del grupo Quiara y hermana de Reyes, que para mí es alguien  muy  especial, con ella compartí momentos maravillosos y únicos, largas conversaciones y un taller de cuentos fantástico, en el que compartimos conocimientos y experiencias con un grupo de jovenes. Nelson, un personaje de cuento, cargado de historias, que ha dado un empujón a los cuentos, llenando de vida y magia La Rochela. Personas como Blanca Castillo, un hada de luz y cuentos para vivir la vida soñando, Margarita del Mazo,  con sus cuentos, su alegría, con la que compartí momentos divertidos y confidencias, Roberto Mezquita, con quien he compartido, encuentros, cuentos y brujerías, Dulce Ramos, Alicia Mohino, Elena Pérez, Paqui, Julia y otr@ soci@s de la Asociación MANO y muchos más personas, que habeis sido y sois parte de mi vida, esté donde esté.
Ahora tengo nuevos proyectos, otras personas que me acompañan en el camino de los cuentos y una nueva ilusión, la creación de la Asociación Entre líneas, aquí en Extremadura, que camina despacio pero pasito a paso. Podeis visitar el blog de la Asociación para ampliar información. Me alegra haberme encontrado con seres llenos de luz e ilusiones, como Carmen Ibarlucea y Mariola del Pozo, con las que he compartido cuentos, risas y diversos espectáculos desde que he llegado a este pueblecito de Badajoz, en el que me quedé gracias a ellas y  a Juan Carlos, que aunque no cuente cuentos es como nuestro duendecillo y compañero de viaje. Es mi actual proyecto, aunque voy y vengo a Madrid de vez en cuando.
Me siento feliz de hacer lo que hago, el camino es difícil, quizás últimamente estaba demasiada enfadada por la falta de pagos y las dificultades para encontrar trabajo, pero sigo adelante, con ganas y algo más de energía. Hoy alguien muy especial, me recordaba el valor que tiene contar cuentos, pero sobre todo que tenemos que darle valor nosotr@s mism@s, que debemos hacernos valer y seguir demostrando que el arte es parte de la vida y debe ser reconocido como tal. Ójala, todas las personas fueran capaces de darle ese valor.
Como reflexión final, diré que subirse a un escenario o enfrentarse a un público que quiere escuchar cuentos, supone un desafío, como contadora desnudas tu alma en cada historia,  en cada instante, es algo muy personal, es un momento mágico y único, en el que entregas al público lo mejor de ti, algo que llevas tiempo preparando, gestando, con mucho mimo y trabajo previo, ensayos, trabajo de la voz, del cuerpo, del texto... contar tiene un valor incalculable.

martes, 4 de diciembre de 2007

la vida

La vida está llena de sorpresas y cambios, siento como gira y gira y como siempre hay una presencia cercana, esos pequeños duendes y hadas que me sonrien en la oscuridad, que me alumbran con su brillo, cuando me siento un poco triste.
Cada día voy recogiendo cuentos en las miradas de las personas, que reflejan su mundo interior, un mundo lleno de magia y de amor.
A veces con sólo buscar una calle descubres la historia de un señor viejecito que pasea a su perro cada día y le habla de lo que ha vivido en ese barrio, en esas calles, recorriendo los restaurantes en los que trabajaba y aprendiendo a vivir con lo poco que ganaba, ideando la forma de manterse caliente es su pequeña casa sin calefacción, disfrutando de las sopas calientes que preparaba Doña Paquita, la vecina del quinto, esa señora menuda y regordeta que ya no baja a la calle, porque es muy mayor y sus piernas ya no tienen fuerza para sostenerse, así que ella espera en la casa con la sopa caliente, al señor que pasea al perro y que sueña con pasar la tarde calentandose junto a su amor de la infancia, Doña Paquita.
Ella y él son seres mágicos de un mundo de fantasía.